Desde la ventana: Una retrospectiva de Ana Mercedes Hoyos

El año pasado, el MAMBO presentó Desde la ventana: Ana Mercedes Hoyos. Una retrospectiva, la cuarta exposición de la artista en el museo y su retrospectiva más extensa hasta el momento. La muestra fue un recorrido histórico y visual de la obra de la artista. La selección de más de 100 obras destaca la evolución y capacidad de Ana Mercedes Hoyos (AMH) para reinventarse y generar un impacto que perdura en el tiempo, dejando una huella radical en el arte colombiano y latinoamericano.

Imagen tomada de: de Gregorio Díaz. Cortesía del Museo de Arte Moderno de Bogotá – MAMBO.

 AMH nació en Bogotá en 1942 y falleció en 2014. Se le reconoce como una de las artistas más versátiles, influyentes e innovadoras del arte latinoamericano, no solo por su talento artístico, sino también por su labor en la promoción y visibilización del arte moderno colombiano en un contexto global. Su obra abarcó un amplio espectro de exploraciones formales y conceptuales, desde la abstracción geométrica hasta la representación de la cultura afrocolombiana.

Al hacer el recorrido, se van descubriendo las diferentes salas y espacios que exponen una variedad de períodos que conforman la obra de la artista. Al llegar al segundo piso del museo, hay una instalación que replica una de sus obras más reconocidas, Girasol, en un montaje que reinterpreta una instalación previa en la universidad. Este recurso visual conecta al espectador con los inicios de la exploración formal de AMH y establece un puente entre su obra temprana y la evolución de su lenguaje artístico.

A continuación, se llega a la sala donde está expuesta la serie de obras con perspectivas desde una ventana, una serie menos conocida de la artista, pero que no decepcionó. La colección cuenta con obras que tienen paletas de color cálidas, otras más etéreas, y algunas con mayor contraste. Los colores casi siempre están entre los rojizos, marrones, azules, grises y crema. Además, ofrecen una serie de vistas de perspectiva que evocan la experiencia sensorial del acto de mirar por la ventana, combinando profundidad literal y abstracta.

Después, se llega a una serie que ofrece lo que parecen bocetos y diferentes intentos o aproximaciones a las dimensiones de los cuadrados. Aquí la paleta de colores es pastel y los lienzos y el papel están crudos, en un diálogo intencionado con la ausencia de información visual, un recurso que AMH retomaría en sus etapas finales.

Ana Mercedes Hoyos

Proyecto para ventana

1976

Acrílico y lápiz sobre tela

120 x 120 cm

Colección MAMBO

Por último, se llega a un período más representativo con obras familiares para muchos. Se trata de las pinturas y esculturas de frutas que hacen referencia a las palanqueras colombianas. Estas representaciones conectan con las atmósferas que exploran la relación entre el cielo y los bodegones, otorgando protagonismo a las formas y los cortes que definen su serie de bodegones. La exposición logra capturar tanto la profundidad cultural como la exploración estética que marcaron el legado de AMH.

Imagen tomada de: de Gregorio Díaz. Cortesía del Museo de Arte Moderno de Bogotá – MAMBO.

En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de hablar con Ana Fernández Mosseri, nieta de AMH, y con su mamá, Ana Mosseri, quienes compartieron con nosotras detalles sobre la curaduría, el montaje y la experiencia de organizar esta retrospectiva.

¿Cómo fue el proceso de selección de las más de 100 obras para esta retrospectiva? 

La curaduría de la exposición estuvo a cargo de Osbel Suárez y Cecilia Fajardo. Suárez ya había trabajado con la obra de AMH en una exposición previa en 2012, mientras que Fajardo decidió enfocarse en integrar la serie de Palenque con el resto de su obra. Desde él estate de Ana Mercedes Hoyos, realizamos un extenso trabajo de catalogación que permitió identificar piezas que no habían sido documentadas previamente. Esta labor fue clave para definir la selección de las más de 100 obras expuestas, asegurando una representación equilibrada entre su exploración geométrica temprana y su obra figurativa posterior.

¿Cuál fue el mayor desafío en la curaduría de esta exposición? 

Uno de los mayores retos fue equilibrar la visibilidad entre las distintas etapas de su carrera. Aunque su trabajo sobre Palenque es ampliamente reconocido, su etapa abstracta y geométrica muchas veces ha sido pasada por alto. La exposición tuvo el reto de mostrar cómo toda su carrera estuvo conectada por una exploración de la luz, el color y la geometría, desde sus primeros experimentos formales hasta su exploración de la comunidad palenquera.

¿Cómo se decidió la disposición de las diferentes colecciones en el recorrido de la muestra? 

La disposición de la exposición fue organizada de manera cronológica, permitiendo que el visitante pudiera experimentar la evolución de su obra de forma clara. El recorrido culmina en la sala donde se exhiben los lazos y barcos, las últimas obras creadas por AMH.

Imagen tomada de: de Gregorio Díaz. Cortesía del Museo de Arte Moderno de Bogotá – MAMBO.

¿Se incorporaron obras inéditas o poco conocidas en esta retrospectiva? 

No se incluyeron obras inéditas en el sentido estricto del término, ya que muchas de ellas, como la serie de las ventanas, ya habían sido exhibidas previamente en el MAMBO. Sin embargo, se hizo un esfuerzo por destacar piezas menos conocidas, especialmente las abstractas y geométricas. La serie de las ventanas, aunque ya había sido presentada, encontró una nueva relevancia en esta retrospectiva gracias a su recontextualización.



Uno de los aspectos más interesantes que surgieron en la conversación con Ana Fernández y Ana Mosseri fue la influencia del dibujo técnico en la obra de Ana Mercedes Hoyos. Si bien siempre se ha asumido que su interés por la geometría y la perspectiva provenía de su padre arquitecto y su esposo, Jacques Mosseri, también tuvo un fundamento académico. Durante su formación en la Universidad Javeriana, estudió dibujo técnico, lo que le permitió desarrollar una gran destreza en la construcción de espacios, el uso de la perspectiva y la estructura geométrica en su obra. Este aspecto técnico, combinado con su capacidad expresiva, les dio a sus composiciones una base sólida que se reflejó en cada una de sus etapas creativas.


El trabajo realizado por el MAMBO al organizar exposiciones retrospectivas como esta sobre Ana Mercedes Hoyos no solo es un homenaje a su legado, sino una acción fundamental para preservar y mantener viva la memoria de artistas que han marcado profundamente la historia del arte en Colombia. A través de esta exposición, el museo logra conectar a nuevas generaciones con el impacto cultural de Hoyos, al mismo tiempo que refuerza la importancia de seguir cultivando un espacio que celebre el arte latinoamericano y sus protagonistas más destacados. Esta labor de curaduría y montaje no solo permite redescubrir el talento de artistas como Hoyos, sino que asegura que su legado continúe inspirando a las futuras generaciones de creadores y espectadores. Invito a los lectores a visitar el MAMBO, explorar su calendario de actividades y apoyar iniciativas como la Red MAMBO. Conservar estas instituciones es esencial para mantener viva nuestra conexión con el arte y la cultura. 

Imagen tomada de: MAMBO Ana Mercedes Hoyos - 1976 - Fotografía por Oscar Monsalve


Más allá del espacio expositivo, la obra de Ana Mercedes Hoyos sigue resonando por su capacidad de trascender épocas y discursos. Su exploración de la luz, el color y la geometría no solo redefinió el arte abstracto en Colombia, sino que también dejó una profunda huella en el reconocimiento de la identidad y la memoria colectiva del país. Desde sus composiciones geométricas hasta su vibrante homenaje a las comunidades palenqueras, AMH logró construir un lenguaje visual que es, al mismo tiempo, introspectivo y universal. Su legado permanece vigente no solo en los museos, sino en la forma en que seguimos observando, cuestionando y celebrando la riqueza de nuestro contexto cultural.

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