La Cuadra San Cristóbal

A los 62 años, Luis Barragán emprendió una de sus obras más complejas y simbólicas: un conjunto ecuestre para la comunidad de Los Clubes, en Atizapán, Estado de México. Ahí, entre 1966 y 1969, desarrolló la Fuente de los Amantes, la Casa Egerstrom y La Cuadra San Cristóbal, piezas inseparables de un mismo gesto arquitectónico donde el color, el agua, el sonido y la luz configuran una experiencia espacial tanto sensorial como poética.

Cuadra San Cristóbal, Los Clubes, Atizapán de Zaragoza, State of Mexico, 1966–1968. View of the horse pool and residence.

Photo Armando Salas Portugal

La Fuente de los Amantes, diseñada no como ornamento sino como bebedero para caballos, condensa la sensibilidad de Barragán: muros gruesos y rosados enmarcan el cielo; el agua cae desde un acueducto con precisión escultórica; el jinete cruza con su caballo la pileta, que fue diseñada “para que le llegara el agua a la panza”. Este gesto define la actitud de todo el conjunto: una arquitectura que no decora, sino que acompaña formas de vida.

A pocos metros de la fuente se encuentra La Cuadra San Cristóbal, que abrirá al público en el otoño de 2025 como casa museo y campus cultural. Concebida originalmente como residencia familiar con caballerizas para el criador de caballos Folke S. Egerstrom, La Cuadra es una obra maestra del modernismo latinoamericano, donde la sobriedad geométrica convive con una espiritualidad casi mística. Aquí, Barragán vuelve paisaje lo arquitectónico: muros que vibran en color, patios que suenan con el agua, ventanas que filtran el cielo.

Cuadra San Cristóbal, Los Clubes, Atizapán de Zaragoza, State of Mexico, 1966–1968. Perspective sketch of the main courtyard by Luis Barragán.

Cuadra San Cristóbal, Los Clubes, Atizapán de Zaragoza, State of Mexico, 1966–1968. General plan with annotations by Luis Barragán on the landscape design, dated 16 December 1966.

Cuadra San Cristóbal, Los Clubes, Atizapán de Zaragoza, State of Mexico, 1966–1968. View of the main courtyard and horse pool.

Photo Armando Salas Portugal

Cuadra San Cristóbal, Los Clubes, Atizapán de Zaragoza, State of Mexico, 1966–1968. View of the horse pool and stables.

Photo Armando Salas Portugal.

La apertura del espacio como casa museo no solo recupera una de las piezas clave de su legado, sino que la proyecta hacia el futuro. Con una exposición permanente curada por Jorge Covarrubias, que recorrerá ocho obras icónicas de Barragán, el museo busca inspirar a nuevas generaciones a través de una lectura profunda de su lenguaje. Este recorrido incluirá casas como la Gilardi, la Prieto López, el Convento de las Capuchinas o las Torres de Satélite, dando contexto y profundidad al universo barraganiano.

Marina Abramović’s recent intervention at La Cuadra San Cristóbal. Photo: Fabian MartinezM

Además, el museo lanzará su programa anual de arte contemporáneo con la serie “Annual Artist Experience”, que en 2025 contará con la participación de Marina Abramović. La artista realizará una intervención específica para el patio de La Cuadra y ofrecerá una charla durante Zona Maco, marcando su regreso a México tras más de tres décadas. Esta colaboración señala un nuevo horizonte para La Cuadra: un espacio donde arte y arquitectura se activan mutuamente.

Como escribió José Tomás Franco, “los espacios creados por Barragán parecen atemporales, en reposo”. La Cuadra es eso: un escenario que aguarda, donde el agua fluye y la luz se posa, donde el color no grita, sino que sostiene. Y ahora, será también un lugar de memoria, creación y encuentro —para jinetes, artistas y caminantes del tiempo.

Marina Abramović edn estudio.ullstein bild / Getty Images.

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