Lorenzo Botero
"La tarea del arquitecto no es darle al cliente lo que quiere, sino lo que aún no sabe que quiere."
Emilia Hernández
Estamos en Verano, uno de tus proyectos más recientes. Quiero que nos cuentes un poco. ¿Cómo fue el proceso de crear un espacio como Verano?
Lorenzo Botero
Este restaurante es de un grupo de personas que estructuran conceptos gastronómicos, y este ya es el tercero que hago con ellos. Son clientes muy juiciosos a la hora de definir el concepto: hacen viajes, investigan y estudian qué está en auge gastronómicamente.
Este restaurante mezcla cocina italiana con cocina israelí, lo que ellos llaman Middle Eastern Italian. La idea era que se sintiera un poco como el Mediterráneo, pero sin caer en falsos escenarios o en algo tipo Disney, que puede ser peligroso cuando se intenta copiar estéticas de otras culturas, climas y entornos. Por eso, trabajamos con materiales locales y con elementos que siguen siendo muy de acá, pero tratando de alinearnos con el concepto que ellos querían crear.
El restaurante abrió hace poco y ha tenido muy buena acogida. Quedé muy contento con el resultado. Además, son muy buenos clientes, y para que un proyecto salga bien se tienen que alinear muchas cosas, entre ellas, tener un buen cliente que confíe en uno.
Emilia Hernández
Profundizando en tu proceso creativo, ¿cuáles dirías que son los criterios prioritarios en el momento de hacer un diseño?, ¿qué atmósferas buscas evocar? o ¿cuáles son tus ‘no negociables’ en el momento de diseñar?.
Lorenzo Botero
Pues, a ver, yo siento que mi arquitectura, en la Academia, se define como organicista u orgánica. Para mí, el diseño comienza a tomar forma a partir del entorno, el contexto y los lineamientos del cliente.
Si voy a diseñar una casa, lo primero que analizo son las condiciones del terreno: si es inclinado o plano, por dónde sale y se pone el sol, cuáles son las mejores vistas, y si hay alguna preexistencia valiosa, como un árbol o una roca, que valga la pena conservar. Todo eso empieza a darme señales sobre cómo debería ser la casa.
A esto se suman los lineamientos y el programa del cliente, junto con un estudio profundo de sus necesidades y estilo de vida. La idea es que el resultado sea lo más pertinente posible.
Emilia Hernández
Siguiendo un poco por ahí, todo el mundo tiene bloqueos creativos. ¿Qué despierta tu creatividad o dónde la buscas? ¿varía según el proyecto?
Lorenzo Botero
Pues a ver, en general, viajar es de las cosas que más le abre la mente a uno y más lo inspira, claro. Siento que también tenemos la fortuna de que, inevitablemente, el ser humano vive rodeado de arquitectura. Es nuestro entorno, a fin de cuentas, la arquitectura es el espacio que nosotros mismos creamos.
Por eso, simplemente caminar por la ciudad y observar cómo están hechas las cosas ya es un aprendizaje constante. Y si además viajas y conoces distintas culturas donde se construye de otra manera, eso siempre aporta. Cada vez que viajo, regreso con más ganas de hacer cosas.
Pero también pasa con otras fuentes. Ver arquitectura en revistas, libros o incluso en Pinterest —si sabes buscar bien— también alimenta la creatividad y sirve de inspiración.
Emilia Hernández
Volviendo a tus casas y a los proyectos que haces de casas campestres, en tus diseños, ¿cuál consideras que sería el centro de una casa?
Lorenzo Botero
No, eso siempre varía. Hemos hecho muchas casas con tipología de patio, y en casi todas, el patio termina siendo el espacio principal por su propia configuración.
Pero hay casas distintas en las que esa jerarquía cambia. En la mayoría de los casos, los espacios más importantes tienden a ser la zona social y el cuarto principal, porque son los que uno busca privilegiar con las mejores condiciones.
Si estás diseñando una casa y tienes la mejor vista al frente, mientras que atrás hay una servidumbre o la calle, no vas a poner la zona social mirando hacia la calle y el cuarto de servicio con la mejor vista. Siempre hay una jerarquía en la distribución de los espacios, pero varía según el proyecto.
Emilia Hernández
Retomando un poco el tema de los clientes, vimos que participaste en el concurso del CEFE de Chapinero. Nos gustaría saber qué cambia, en tu proceso creativo y en cómo perfilas a tu cliente cuando pasas de trabajar con una familia o a trabajar para la ciudad en un entorno que es un poco menos personal.
Emilia Hernández
Bienvenidos a TRESEFES, un espacio para descubrir las ideas, la historia y la intención detrás de cada proyecto creativo. Yo soy Emilia, una de las tres partes de TRESEFES y voy a hacer su host del día de hoy. Nuestro invitado es el fundador de Lorenzo Botero arquitectos, Lorenzo Bienvenido.
Lorenzo Botero
Muchas gracias, Emilia.
Emilia Hernández
Estamos muy felices de que estés aquí. Podrías contarnos un poco sobre ti y cómo empezaste, para las personas que no te conocen.
Lorenzo Botero
Soy arquitecto, estudié en la Universidad de los Andes y, desde el colegio, siempre tuve inclinación por la arquitectura. Me gustaba el arte, pero también se me daban bien los números y la ciencia, así que vi en la arquitectura un punto medio. Desde el primer semestre en la universidad me apasioné por la carrera. Durante toda mi formación procuré vincularme con profesores y participar en concursos. Siempre fui un muy buen estudiante.
Hacia el final de la carrera tuve una gran oportunidad: mi familia me dejó diseñar una casa, y eso marcó un antes y un después en mi camino como arquitecto. Desde muy joven pude tener un proyecto construido, que además llamó mucho la atención y gustó bastante. A partir de ahí todo arrancó. Monté mi oficina y comencé a hacer proyectos, principalmente casas campestres. Eso fue hace 12 o 13 años, cuando me gradué de la universidad. Desde entonces he tenido mi propia firma, enfocada en casas y restaurantes, y ahora estoy coqueteando con la idea de diseñar edificios.
Emilia Hernández
¿Te imaginaste desde siempre con tu propia firma? O fue como que el camino te fue llevando a tenerla?
Lorenzo Botero
Sí, siempre quise tener control sobre lo que diseñaba, ser diseñador y mantenerse en un rol creativo. Tuve la oportunidad de hacer prácticas en Escalar, una gran empresa donde aprendí mucho, pero también me di cuenta de que no quería ser empleado por mucho tiempo. Pronto supe que quería desarrollar mis propios proyectos.
Emilia Hernández
Me gustó mucho eso que dijiste ahorita de que un buen proyecto tiene muchas cosas que alinear y una de esas es un buen cliente. Justo queremos saber ¿cómo empiezas tú la búsqueda e inspiración cuando te llega un cliente, cómo lo perfilas? ¿O sea, cómo logras satisfacer sus necesidades de un cliente?
Lorenzo Botero
Sí, pues es clave tener varias reuniones con el cliente, hay que “jalarle la lengua” para entender cómo viven, qué les gusta, cómo está compuesta su familia. Eso es fundamental. También es muy valioso que compartan sus referencias y lo que se están imaginando. Pero parte de ser un buen cliente es entender hasta dónde llega su rol y dónde empieza el del arquitecto. Pasa mucho que algunos clientes se sienten arquitectos, y ahí es cuando empiezan a sabotear el proyecto.
El mejor cliente es el que sabe hasta qué punto dar su visión y, al mismo tiempo, estar abierto a nuevas propuestas. Un profesor en la universidad me dijo una vez que la tarea del arquitecto no es darle al cliente lo que quiere, sino lo que aún no sabe que quiere. Muchas veces un cliente dice: “Vi el jacuzzi de mi tía y me encantó”, o “vi esta otra cosa y la quiero”, y claro, se pueden integrar esas ideas, pero el arquitecto tiene una visión más amplia, se la pasa investigando, explorando, y a partir de ahí puede ofrecerle algo mejor, algo que realmente se adapte a su proyecto y su estilo de vida. Es abrirle la mente al cliente.
Y sobre lo que mencionabas de que hay que alinear varias cosas para que un proyecto funcione, definitivamente. Tener un buen lote suma muchísimo. Si la casa se construye en un terreno con una vista espectacular o rodeado de árboles increíbles, todo eso aporta. También un buen presupuesto ayuda, porque amplía el abanico de opciones. Cuando todos estos factores se alinean, es cuando se pueden hacer joyitas arquitectónicas, esos proyectos que uno quiere fotografiar y mostrar con orgullo.
Claro, no siempre es así. A veces toca hacer proyectos que no emocionan tanto, pero en el camino uno va aprendiendo.
Emilia Hernández
¿Hablemos un poquito de eso, hago un proyecto, lo quiero mostrar, pero también qué pasa cuando lo hago y no lo quiero mostrar? ¿Es un momento de frustración? ¿Te sientas a revisar qué podrías haber hecho distinto?
Lorenzo Botero
Sí, bueno, ahí también pones sobre la mesa uno de los aspectos más espectaculares de nuestra profesión: ese momento en que ves un proyecto terminado. Estos proyectos toman mucho tiempo y trabajo, ya sea una casa o un restaurante. Una casa, por ejemplo, puede llevar unos seis meses de diseño y luego un año de construcción, y durante la construcción uno sigue diseñando detalles.
Por eso, cuando empiezas a ver que algo que solo existía en tu imaginación se materializa, es realmente satisfactorio. Y si además el resultado es algo con lo que quedas satisfecho, es aún más gratificante. Claro, como dices, a veces hay cosas que por una u otra razón no salen como uno quería, y puede ser frustrante. En este proceso influyen muchas cosas, y una de ellas es el cliente.
Hay veces que el cliente se planta y dice: “No me gusta esto, quiero aquello”, y aunque uno le explique que ciertas decisiones pueden afectar el proyecto, al final el cliente tiene la última palabra. A veces toca aceptar que una columna mal ubicada arruinó una vista o que un detalle pudo haber sido mejor, pero es parte del proceso. Como arquitecto, hay que aprender a lidiar con eso. Incluso en la fase de diseño, puede pasar que le presentas al cliente una propuesta espectacular y simplemente no le gusta.
Hay que aprender a lidiar con esa frustración. Y muchas veces también uno encuentra la manera de darle la vuelta; a veces, dentro de la misma frustración, surgen otras ideas interesantes.
Emilia Hernández
Muy bien, estamos llegando a la parte final de nuestra entrevista y queremos terminar con una sección que es “THIS or THAT”, te voy a hacer siete preguntas rápidas y la idea es que me digas una de las dos opciones sin pensar mucho.
Lorenzo Botero
Dale.
Emilia Hernández
¿Estilo ecléctico o moderno?
Lorenzo Botero
Moderno.
Emilia Hernández
¿Remodelación o proyectos de cero?
Lorenzo Botero
No, proyectos de cero.
Emilia Hernández
¿LESS IS MORE o MORE IS MORE?
Lorenzo Botero
Eso es muy difícil. Yo diría que empecé pensando que LESS IS MORE y ahora cada vez estoy migrando a MORE IS MORE.
Emilia Hernandez
¿Tradición o innovación?
Lorenzo Botero
También es difícil. Paso.
Emilia Hernandez
Ornamento o minimalismo.
Lorenzo Botero
Parecida a la otra. No, yo creo que el minimalismo. Pero sí, muy en el centro.
Emilia Hernandez
¿Sostenibilidad o estética?
Lorenzo Botero
Estética.
Emilia Hernandez
Y, por último, ¿FORM FOLLOWS FUNCTION o FUNCTION FOLLOWS FORM?
Lorenzo Botero
FORM FOLLOWS FUNCTION.
Emilia Hernandez
Bueno Lorenzo muchas gracias por venir a TRESEFES.
Lorenzo Botero
No con mayor gusto. Gracias a ustedes.
Lorenzo Botero
Sí, es distinto. Siento que en ese concurso pequé por aferrarme demasiado al programa. Esa es un poco la respuesta. El programa establece los lineamientos, y en las convocatorias públicas se esbozan todos los requisitos de lo que se debe hacer. Yo me ceñí demasiado a los metros cuadrados, a que las canchas, la piscina y todos los elementos encajaran dentro de esos parámetros.
Haciéndolo así, no podía lograr un proyecto como el que ganó, que me pareció muy bueno. Además, fue el único que propuso algo diferente: colocar esas escaleras y terrazas sobre la calle. Todo el mundo había compactado los puntos fijos hacia los vecinos, pero este proyecto se atrevió a hacer algo distinto, sacrificando el tamaño de las canchas y de la piscina. Y los jurados consideraron que ese gesto era más importante que las dimensiones, lo cual me parece un acierto.
Entonces, sí, creo que uno debe entender qué tipo de proyecto está haciendo, leer muy bien el programa y dejarse guiar por los indicios que este va dando para responder de la mejor manera.
Emilia Hernández
¿Te gusta participar en concursos?
Lorenzo Botero
Lo hice bastante y logramos obtener segundos puestos y menciones de honor, pero es un desgaste. Al principio, cuando era estudiante y recién graduado, me metía mucho en concursos porque no tenía que preocuparme por pagar nómina ni otros costos. Pero con el tiempo, cuando empiezas a gestionar una oficina, se vuelve más difícil.
Hay estudios que están muy especializados en concursos, ya saben cómo abordarlos y tienen esa curva de aprendizaje superada. Yo nunca llegué a volverme un especialista en eso. Hoy en día, meterme a un concurso me parece un esfuerzo enorme, y las probabilidades de ganar siempre son complicadas. Así que, con el tiempo, me he ido desencantando del tema.
Emilia Hernández
¿Qué material, qué elemento, qué textura no puede faltar en un proyecto de Lorenzo Botero?
Lorenzo Botero
No, yo no diría que estoy casado con ningún material. Siento que me gustan los materiales nobles, las texturas. Si miras los restaurantes que he diseñado, me interesa que la fuerza del proyecto provenga de la materialidad en sí, de cómo los materiales construyen el espacio.
Hay restaurantes que son mucho más “cositeros”, con una mezcla de muchos lenguajes, distintos tipos de pisos, texturas, floreros, detalles decorativos. En mi caso, prefiero elegir tres o cuatro acabados y texturas potentes, y que eso sea lo que unifique el proyecto. En general, me gusta mucho explorar la materialidad, pero no estoy casado con nada en particular.
Emilia Hernández
Bueno, vamos a ir un poco por otro lado, ¿qué firma de arquitectos o arquitecto, es para ti hoy en día un referente.
Lorenzo Botero
Bueno, a mí me gustaría tener una empresa como la de Marcio Kogan. Es un arquitecto brasileño que hace casas absolutamente espectaculares, donde cuida cada detalle, desde los muebles hasta la servilleta. Son proyectos soñados, con presupuestos impresionantes. Algo así me gustaría lograr.
Me interesa mucho, sobre todo, la meticulosidad en los detalles que tiene Kogan. También me gustan bastante los trabajos de Jacobsen Arquitectura, otro estudio brasileño con una calidad impresionante.
Si hablamos de arquitectos del hemisferio norte, me gusta mucho David Chipperfield. Y en México hay varios estudios que admiro, como Sordo Madaleno, que es una firma muy seria, y Manuel Cervantes, que también tiene proyectos increíbles. Hay muchos más, pero esos son algunos que te podría mencionar.
Emilia Hernández
Ahora hablabas de lo que te sueñas para tu firma, y nos contabas que quieres hacer edificios, ¿cuáles quisieras hacer?
Lorenzo Botero
Digamos que dar el paso a diseñar edificios es algo que me interesa mucho. He trabajado en proyectos de edificios, pero no de principio a fin. He hecho esquemas básicos, anteproyectos, pero nunca he tenido un proyecto del que pueda decir: “Este es para mostrar”.
Muchas veces he trabajado con constructoras, y ellas terminan modificando bastante los diseños. Hay uno que otro edificio en el que participé en las fases iniciales, pero que realmente no quiero que nadie vea porque no representa el nivel que quiero mantener en mi portafolio. Para mí es clave seguir apuntándole a hacer solo joyitas arquitectónicas.
Entonces, sí me interesa diseñar edificios y, ojalá, de alta especificación. Me gusta mucho el lado artístico de la arquitectura, la posibilidad de crear objetos, atmósferas y espacios que realmente estimulen los sentidos. Y cuando tienes un buen presupuesto y un cliente que valora eso, puedes dedicarle el tiempo y los recursos necesarios para alcanzar un nivel de detalle y sofisticación que es lo que más me interesa.
Así que sí, me imagino diseñando edificios, pero bien hechos, con un alto nivel de calidad y diseño.